lunes, 26 de octubre de 2009

¿Aguantaría una etapa del Tour de Francia?

Creo que quién más y quién menos, dentro de los aficionados al ciclismo, se ha hecho alguna vez esta pregunta, y por supuesto que yo no iba a ser menos.

Por suerte, desde que adquirí mi PowerTap a principios de verano, éste se ha convertido en una auténtica máquina de la verdad.

Durante el mes de Julio, todos los días recibía mediante correo electrónico los datos del ciclista del equipo Saxo Bank Chris Anker Sorensen durante su participación en la última edición del Tour de Francia.

Vamos a poner como ejemplo una etapa sencilla, de esas que comúnmente se llaman de transición. Que conste además, que no estamos hablando de un ciclista que partiera como favorito en las casas de apuestas para alzarse con el triunfo final.

Los valores pertenecen a la décima etapa, que tuvo lugar entre las localidades de Limoges y Issoudun, con un recorrido de 194.5 km.

- Potencia media: 192W
- Pulsaciones medias: 122 ppm
- Potencia Normalizada: 261W
- Máxima potencia durante 5 minutos: 336W
- Máxima potencia durante 20 minutos: 291W

Venga, vamos a ponernos manos a la obra, y vamos a sacar conclusiones.

En primer lugar, vamos a suponer que la potencia media es sin ceros, es decir, que sólo tiene en cuenta el trabajo realizado mientras el ciclista va dando pedales.

Por poner ejemplos, yo tengo alguna salida realizada a la Sierra durante los meses de Julio y Agosto con potencias medias superiores a los 200W, durante más de 5 horas. Es por ello que podemos pensar que si he aguantado eso, perfectamente podría aguantar 5 horas a 192W medios, ¿verdad?

Sin embargo, si os fijáis, existe otro valor que viene reflejado como “Potencia Normalizada”. Este valor es que realmente tiene sentido, y el que se debe utilizar para comparar.

En alguna entrada antigua del blog hablaba sobre el significado de la Potencia Normalizada. Vamos a poner un ejemplo:

Supongamos que hacemos los siguientes entrenamientos de 1 horas de duración:

1.- Primer entrenamiento: 1 hora a 200W
2.- Segundo entrenamiento: 3 x (10’ a 100W + 10’ a 300W)

Con un poco de matemáticas avanzadas, llegamos al mismo resultado. En ambos casos, la potencia media del entrenamiento ha sido de 200W. Sin embargo, ¿cuál nos ha costado más?

Evidentemente, la segunda sesión ha sido más dura que la primera. De hecho, la primera yo sería capaz de realizarla sin el mínimo problema, y se por experiencia que la segunda me sería imposible.

Es por ello que se utiliza la potencia normalizada, que se trata de un algoritmo que recalcula la potencia media, para hacerla comparable.

En el ejemplo puesto, el primer entrenamiento tendría una potencia normalizada de 200W (porque es un entrenamiento totalmente constante), pero en el segundo entrenamiento sería mucho mayor. Para acabar de aclararlo, supongamos que la potencia normalizada del segundo entrenamiento es de 260W. Este dato quiere decir, que el esfuerzo o trabajo que hemos hecho, sería el equivalente a estar durante una hora a 260W.

Pues bien, si en la etapa que hemos puesto como ejemplo, la potencia media ha sido de 192W, y la normalizada de 261W, quiere decir que durante la etapa han tenido lugar muchísimos cambios de ritmo, y seguramente han tenido tramos rodando por encima de los 350W.

En mi caso, en mi pico de forma durante el año pasado, tuve un Umbral Funcional (potencia media que puedo mantener durante 1 hora), de 245W aproximadamente.

Así que, tristemente, puedo concluir que yo por lo menos, sería incapaz de aguantar una etapa del Tour de Francia. Aguantaría en el pelotón en los tramos llanos, pero en un arreón en un repecho, sería devuelto a la cruda realidad.

Como colofón, comentar que se trata de la etapa con valores más bajos. Por supuesto, mejor ni hablar del pulso medio durante la etapa.

viernes, 23 de octubre de 2009

Mi viaje a China (Xián)

Partimos para XIAN desde Beijing a las 5:30 de la tarde. Nada más llegar traslado al hotel y tiempo libre.

Lo peor de todo, es que la guía nos comentó que no era recomendable salir fuera del hotel, ya que debido a una serie de revueltas con los Chinos musulmanes, no estaba la cosa como para jugársela.

Aún así, decidimos darnos un garbeo, más que nada para cenar y poco más, puesto que por la zona había poco que ver. Cenamos en un KFC. Están por todas partes. Tiene su lógica, ya a que a los Chinos les encanta el pollo. Mucho cuidado a la hora de pedir, siempre decir PU LÁ (no picante), porque como se te olvide las puedes pasar canutas. Os lo digo por experiencia, y eso que yo soy un adicto al picante.

XIAN, ante de Pekín, era la capital de China, y ahora sólo es conocida por sus famosos Guerreros de Terracota.

A la mañana siguiente nos dirigimos al Museo de los Guerreros de Terracota de la Dinastía Qin, cuyo primer emperador se hizo enterrar junto a una réplica de más de 8.000 hombres, caballos y carros de combate. Tienen la peculiaridad de que de cuello para abajo, todos son iguales, salvo distinta postura que puedan tener. Sin embargo, todos son distintos en cuanto al rostro. Además, en función de la colocación del pelo, se distinguían 3 clases de guerreros: soldado raso, oficiales y generales. Nos comentaron que dentro de todo el ejército enterrado sólo había 7 generales, de los cuales 3 de ellos estaban desenterrados, y sólo uno de ellos estaba entero.

Actualmente existen alrededor de 1.000 guerreros desenterrados, de los 8.00 que se estima que existen en total. Además, no van a desenterrar ninguno más. Esto es debido al deterioro inmediato que sufren las figuras en cuanto reciben la luz. A pesar de que en las fotos se aprecia que los guerreros son de tierra, en realidad tenían una capa multicromática preciosa, pero que se desintegraba en una hora una vez que el guerrero había sido desenterrar. ALUCINANTE. De hecho, todavía han sido incapaces de descifrar la composición de la mezcla de la pintura.

En mi opinión, es algo que merece la pena ver. Está considerada como la octava maravilla del mundo, aunque a mi me decepcionó algo. Para mi, lo que más me impresiona son las grandes construcciones y las cosas al aire libre. Pero de verdad, no deja de ser sorprendente….


Después de la visita a los guerreros de Terracota y de la merecida comida, fuimos a visitar la Pagoda de la Oca Salvaje (una de las incontables que visitamos).

Esta pagoda se convirtió en el centro de traducción más importante de textos budistas. Sirvió también para sistematizar las doctrinas budistas en el país ya que, aunque esta religión había penetrado en China seis siglos antes, no existían textos correctamente traducidos de sus doctrinas. La pagoda original constaba de cinco pisos. Dada la dificultad de encontrar materiales sólidos como la piedra, se construyó con barro, reforzado en algunos puntos con ladrillos. La estructura era demasiado débil y se derrumbó al poco tiempo de su construcción.

Entre los años 701 y 704, la pagoda se reconstruyó por orden del emperador Wu Setian. Se añadieron cinco pisos más a la torre original. Por desgracia, guerras posteriores dañaron la pagoda y se redujo su tamaño a los siete pisos actuales, con una altura total de 64 metros. Tiene una forma piramidal y su ascenso se realiza por escaleras de madera. En la antigüedad se inscribían en su interior los nombres de todos aquellos que pasaban los exámenes imperiales que les convertían en oficiales. Esta tradición se mantuvo durante las dinastías Ming y Qing.

Lo que más me gustó fue la bendición que me dio un monje budista del templo para que este año tenga suerte en mi primer año como CicloMaster. Sinceramente, no creo que sea suficiente con un simple movimiento de manos.

Después nos dirigimos a ver la Muralla Antigua de la ciudad.

La muralla que rodea la ciudad de Xi'an es la mejor conservada de todas la que defendían las ciudades de China. Fue construída durante la dinanstía Ming y hoy en día la totalidad de la murallasigue en pie. Sigue siendo objeto de estudio ya que es un claro ejemplo de las técnicas militares antiguas.

Tiene forma rectangular y una longitud aproximada de 14 kilómetros. su altura es de 12 metros y el ancho varía entre los 15 y los 18 metros. Alrededor de toda la murallase encuentran tores de vigilancia y diversas edificaciones defensivas.

La muralla se construyó entre los años 1374 y 1378 sober la antigua ciudad prohibida de la dinanstía Tang. Con su construcción se quería proteger a la ciudad de los posibles ataques de tribus bárbaras ubicadas al oeste del país.

Con una puerta por cada uno de los puntos cardinales, la entrada principal a la ciudad se realizaba por la puerta sur. Cada una de las puertes tiene 3 partes: una parte exterior que servía para defender la ciudad; una parte intermedia que se utilizaba como "trampa" para los posibles atacantes ya que está compuesta por un pequeño patio en la que los asaltantes se quedarían sin posibilidad de refugio; y un aparte interna, utilizada para controlar la ciudad.

Tuvimos un poco de mala suerte, puesto que fue el único día que nos llovió en todo el viaje, por lo que las fotos no son tan buenas como se quisiera.


Y ahora viene lo mejor!!!!

¿Quién no ha oído hablar de los maravillosos masajes chinos en los pies? ¿Todo el mundo verdad? Pues se nos ocurrió decirle a la guía que nos llevara a alguna casa de masajes (sin final feliz ¿eh?) para disfrutar de uno. Todo el mundo encantado y para allá que nos fuimos.

Creo que ha sido la experiencia más dolorosa que he sentido en mi vida. Os juro por lo más sagrado, que no lloraba por orgullo, pero se me escapaba algún que otro grito. Hubo un momento que me tuve que poner de espaldas para que me dieran el masaje, y mordía la almohada para no gritar. Fue una hora de jodido sufrimiento, donde a la china que te estaba destrozando el cuerpo se la sudaba que se te derramara alguna lagrimilla. El día antes habíamos estado pateando la Gran Muralla y teníamos las piernas machacadas de andar. Eso sí, al día siguiente del masaje, estábamos como nuevos….


Por cierto, estábamos ya tan cansados de tanta comida china, que decidimos hacer una cena made in Spain a base de chorizo, salchichón y jamón. Nos supo a gloria bendita!

miércoles, 7 de octubre de 2009

Mi Viaje a China (Pekín-Beijing)

M A R A V I L L O S O

Es la única palabra que me viene a la cabeza para describir lo vivido en mi viaje a China.

Después de un año bastante intenso, esperaba con muchísimas ganas esta aventura, más que nada por el tiempo que hacía que estaba cerrado el viaje, y la sensación de que nunca llegaba la fecha.

Durante nuestra estancia en China, hemos visitado un total de 6 ciudades durante 15 intensos días. Se trata de una experiencia inolvidable, pero es absolutamente agotadora. La sensación que tenía durante los últimos 2 días era de un cansancio abrumador, hasta el punto de sentirme indiferente ante la perspectiva del regreso. Eso si, una vez en España y descansado, te das cuenta de que posiblemente nunca volverás a estar allí, y echas la mirada atrás con nostalgia.

Lo mejor será detallar lo que pudimos ver en cada una de las ciudades, pero para no saturar, creo que iré narrando poco a poco lo vivido en cada ciudad:

Beijing (Pekín)

Llegamos a la capital de China a las 8 de la mañana, tras pasar la noche a bordo del avión. Yo fui incapaz de pegar ojo en el avión, primero porque no tengo costumbre y segundo porque dado que mi asiento estaba colocando al lado de los lavabos, había mucho trajín de gente.

Nada más aterrizar, nos recoge nuestra guía local (Verónica) y nos dirigimos a nuestro hotel, situado en pleno corazón financiero de la ciudad. El hotel en cuestión se llamaba Reinassance, y llevaba abierto al público poco más de un año. Como consecuencia de las Olimpiadas de 2008, la mayoría de hoteles de la ciudad habían sido reformados. El mejor hotel con diferencia en el que he estado. Habitaciones lujosas, todo cuidado con esmero, a lo que hay que añadir el carácter extremadamente servicial del pueblo chino.

El primer día era día libre, por lo que nada más dejar las maletas decidimos ir a dar una vuelta porque si se nos ocurría dormir algo, es posible que no fuésemos capaces de levantarnos. Una ducha rápida y a la calle!!!!


Disfrutamos de largas avenidas, zonas comerciales, y ya te ibas empapando de la cultura China, de su arquitectura tradicional, de su gente. Paseamos por calles típicas y pudimos recorrer un mercado donde, si tenías el estómago adecuado, podías disfrutar de unos “deliciosos” escorpiones fritos o unas cucarachas a la brasa, jejeje. Nosotros no fuimos tan valientes, y para no arriesgarnos el primer día, decidimos comer en un McDonalds.

Después de unos paseos más largos de lo previsto, ya que en Beijing las avenidas son abrumadoras, regresamos a hotel a descansar, ya que a partir del día siguiente empezaría la verdadera aventura….

Plaza de Tian An Men y Ciudad Prohibida: la plaza de Tian An Men es mundialmente famosa al tratarse de la plaza más grande del mundo y el primer sitio a donde te llevan en programas de tipo “Madrileños por el mundo”. La fiesta nacional China se celebra el 1 de Octubre, por lo que tuvimos la ocasión de ver cómo engalanaban la plaza para la ocasión. La verdad que la plaza impresiona, ya que es imposible ver su final. Dentro de ella se encuentran varios monumentos como el Parlamento, el mausoleo de Mao, el museo Nacional Chino, el obelisco en memoria de los héroes del pueblo, ect.

Sin lugar a dudas, su punto más representativo es la entrada a la Ciudad Prohibida, con el cuadro de Mao presidiendo la entrada. Se trata de una construcción impresionante, que toda persona que haya visto la película “El Último Emperador” tiene en la cabeza. Se trata de una inmensa sucesión de salas, compuesta por 9999 habitaciones y salas de audiencias (el 9 es el número favorito en China), así como esculturas interiores, y escaleras infinitas. Para ver este Palacio al completo, es necesario dedicarle más de un día para poder verlo en su totalidad.

Palacio de Verano: después del almuerzo, nos llevan a visitar la residencia oficial de los emperadores durante la época estival. Al igual que en el caso de la Ciudad Prohibida, se trata de una enorme construcción. De hecho, cuenta con una extensión mayor, si bien es cierto que dispone en su interior de un Lago artificial de enormes dimensiones. Para cruzarlo, disfrutamos de un relajante crucero en un típico barco pekinés.

Gran Muralla China: en este momento es cuando dije por primera vez: “Por muchas fotos y videos que hagamos, hay que estar aquí para verlo”. Creo que queda todo dicho. A nosotros nos llevaron al tramo conocido como Badaling, el más turístico de todos. Según las últimas estadísticas, la longitud de la muralla se estima en 8300 km, casi 2000 más de los actualmente registrados. Se trata de una construcción que serpentea a lo largo de montañas abruptas, que te hace sentir la dificultad para llevar a cabo su formación. Durante su recorrido, miles de atalayas, para avisar al pueblo de las invasiones. Recorrimos un total de 3 km, que aunque parezca poco, fuimos el único grupo que llegó hasta arriba. Ese día hizo muchísimo calor, y la humedad hacía que la sensación térmica fuese muy elevada.

Estadio Olímpico: también conocido como nido de pájaro, por las características de su arquitectura. No pasamos dentro porque la cola que había que guardar era de aproximadamente 2 horas y, aparte de no tener tiempo, nos comentaron que lo impresionante era verlo por fuera, y por dentro no tenía nada de especial. Por mi parte, más que el estadio en sí, me llamó más la atención todo lo que lo rodeaba, con una limpieza que rayaba lo increíble. No es que hubiera gente limpiando, sino que el pueblo chino tiene un sentido de la limpieza distinto al nuestro.

Tumbas de la Dinastía Ming: se trata de un conjunto arquitectónico que alberga las tumbas de trece emperadores de la dinastía Ming. Es uno de los 5 patrimonios de la Humanidad que se encuentran en Beijing. Actualmente, sólo se encuentra abierta al público una de las tumbas.

Templo del Cielo: este templo es el emblema del turismo en China, y es la foto que aparece en la mayoría de las guías de viaje. Se encuentra dentro un parque del mismo nombre, al que acuden a diario multitud de gente variopinta (fundamentalmente jubilados que se acercan allí a pasar el día). Para que os hagáis una idea, es como el Retiro, pero elevado a la décima potencia. Por dentro, nos encontramos de todo, desde gente bailando a su aire, gente jugando a extraños juegos, a las cartas, tocando instrumentos. La sensación con la que me quedo es la de tratarse de gente que disfruta del hecho de pasar en tiempo en tranquilidad, a la que nada molesta que les puedas echar una foto o quedarte mirando ensimismado. Al fondo del parque, el conocido templo de Cielo. Impresionante.